El templo del indie mexicano recibió a Los Punsetes (por fin), después de dos años de continuas cancelaciones y un sinfín de posponer. La banda, que llevaba meses intentando que las medidas del covid se relajasen para poder actuar, vio por fin luz verde a su gira mexicana. Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México fueron las tres afortunadas en ver desfilar los cañonazos al pecho (y algunos por la espalda) de los madrileños.
“Fondo de armario” era la encargada de inaugurar la noche punsetera en Indie Rocks. A ella le siguieron sus dos últimos singles “Todo el mundo quiere hacerte daño” y “Shisheido”. Sin embargo, no fue hasta que llegaron los “Dos policías” más famosos del indie para empezar a revolucionar la sala y despertar los primeros pogos (slam) de la noche.
Cañonazo tras cañonazo fueron disparando con algunos de sus principales hits como “Opinión de mierda”, “Mabuse”, “Tráfico de órganos”, “Museo de historia Natural” o “155”, entre muchos otros. Sin embargo, hasta en dos ocasiones tuvieron que parar el concierto por “problemas” desconocidos para todos los asistentes. Inconvenientes que provocaron el raro descongelar de Ariadna y la retirada de la banda durante unos minutos.
Más de una veintena de canciones interpretaron, llegando a la cima del clímax en “Una persona sospechosa”. Esta ya no solo ha logrado consolidarse como la segunda canción más escuchada de la banda en Spotify, sino que también una de las favoritas por parte del público (y la clara medalla de oro para los seguidores mexicanos).
Con la brevísima “Matadero” se despidieron sin bises y con la incredulidad de todo el público que esperó durante minutos su retorno a la sala, una aparición que ya nunca llegó. Una hora y cuarto de concierto el cual fue escaso para gran parte de los asistentes, quienes solicitaban su regreso con más ímpetu que las gaviotas de Génova a Díaz Ayuso.
La tercera ciudad que más apoya a Los Punsetes en el mundo, tras Madrid y Barcelona, demostró fidelidad con un sold out que se resistió. El cartel tenía una gran competencia debido a los diversos eventos que durante ese fin de semana se celebraron con festivales como el Tecate Pal Norte o el Ceremonia. Sin embargo, ni dos de los grandes eventos musicales mexicanos lograron reducir su público ni el entusiasmo por ver, después de años, a la banda española que mejor combina el humor, la crítica social, la ironía y esa extraña forma punsetera de mostrar seriedad.