Llegó el verano, las temibles olas de calor y miles de visitantes de todo el país a uno de los puntos más estratégicos de nuestras vacaciones: Benidorm. Pero esta vez, había otro culpable para llenar las playas de la ciudad mediterránea. Hablamos del Low Festival y de una nueva edición del mismo; y es que hasta 70 mil personas se acercaron a alguno de sus escenarios.
Meses antes ya nos avisaban del que podría ser uno de los carteles más competentes del panorama nacional y seguramente así fuese. Hace semanas se dejaban ver en la cabeza de cartel a artistas internacionales de la talla de Foals, The Libertines, The Drums o Kasabian. Toda una declaración de intenciones, dispuesta a hacerle frente a otros de los grandes carteles nacionales como son el BBK o el FIB. Sin embargo, hubo momentos en los que no estuvieron a la altura de los citados eventos, situaciones en las que descuidaron el sonido, las comunicaciones entre los dos principales escenarios y algunas zonas como la de prensa.
Viernes, primera cita y Full fueron los primeros en estrenar los primeros acordes del evento. El primer plato fuerte del día estaba al caer con Zahara y la presentación de los temas más cañeros de su nuevo disco. No obstante, antes Siberian Wolves tendrían que sustituir a Flaco Favor en el Escenario Wiko, debido a la baja de uno de sus componentes. En ese mismo escenario, pasarían a lo largo de la noche grupos como Nelson Can, J.C.Satán, Biznaga o Perro, quiénes a pesar de competir con uno de los protagonistas del festival (Izal), lograron sacar a bailar a todos los que se decantaron por un sonido más punk.
Por su parte el escenario Budweiser consiguió llenos espectaculares como el de Kasabian, que fueron uno de los más esperados todo el día, e Izal que, como ellos mismos confesaron, fue uno de los mejores conciertos de su trayectoria. Los madrileños estrenaron uno de los nuevos temas, junto a su reciente «Copacabana». Los Enemigos anteriormente habían inaugurado el escenario principal con menor afluencia que éstos, pero con un público más veterano.
El rock sureño de Corizonas, los jóvenes The Strypes o Ley DJ fueron algunos de los últimos y variados ingredientes de esta primera noche que apuntaba bien alto.
El sábado vivimos algunos de los conciertos más esperados pero también con mayor flacidez que el resto de días. Desde Argentina aparcaron El mató a un policía motorizado para ofrecer un concierto muy deseado que fue intensificándose con el paso de los temas. Además, nos regalaron un momento impagable con Jota, quién minutos antes había hecho los deberes con Grupo de Expertos Solynieve, y con quién interpretó «Yoni B».
Otros de los grupos que cuesta ver en los escenarios españoles lograron encandilar a un público que se mantuvo muy receptivo con Yelle, The Drums y The Libertines, quiénes regalaron un lleno hasta las gradas. La francesa conquistó a todos los lowers con su elegante electropop, consagrándose como uno de los conciertos que más gustaron entre los asistentes.
Dorian siguió recogiendo a sus incondicionales con la celebración de su décimo aniversario y L.A. se marcó uno de los directos más potentes y de mayor calidad del fin de semana con nuevos temas y algunos himnos anteriores. Con Los Punsetes y Grises llegó el caos, debido a dos actuaciones que se vieron afectadas debido a los constantes fallos de sonido. Los Punsetes fueron más aplaudidos por la obligada movilidad de Ariadna que por el propio espectáculo, que no obstante mejoró paulatinamente hasta terminar con unos tímidos pero intensos pogos. Los vascos supieron camuflar mejor los fallos y lograron sacar a bailar a todos los lowers y despertar a aquellos a los que se le cayesen los párpados. Con Elyella DJs y míticos himnos del indie y rock nacional e internacional, terminó una segunda noche con un sonido bastante más flojo que en la primera.
Quedaba la última cita y las últimas cartas para hacer balance del resultado del festival y dieron lugar a una tercera jornada que pareció esconderse varios ases para el sprint final.
Foals, sin duda uno de los conciertos con mayor expectación, y Supersubmarina, con un estadio coreando hasta los últimos compases, convirtieron la tercera jornada en la más especial de todo el fin de semana. Ambos hechizaron a todos los asistentes dejando patente la fidelidad de sus fans y el gran espectáculo por el que han apostado desde hace años.
No fueron estos los únicos grandes conciertos que disfrutamos. Mi Capitán, los primeros de la tarde, inundaron de rock a los más madrugadores del día. Nacho Vegas y Jero Romero siguieron la jornada con la elegante delicadeza que a ambos les caracteriza. Mourn, en un escenario de menores dimensiones, pisaron fuerte para demostrar madurez encima de las tablas.
Jupiter Lion y The Raveonettes animaron a los más internacionales, mientras que La Bien Querida y Delafé y las Flores Azules podrían haber logrado que los jubilados que durante aquellos días veraneaban por Benidorm, abandonasen sus garrotas y comenzasen a danzar.
Estas últimas horas habían dado lugar a no descansar las suelas de los zapatos, pero parecía difícil impedir unas agujetas al día siguiente con Varry Brava que nos esperaba en el escenario Ron Matusalem y a Reptile Youth en el Budweiser. Buffetlibre servían de postre a la última y mejor sesión del Low Festival.
Y así fue como tras tres días de mucho calor, mucha música y mucho buen ambiente acabó la séptima edición del Low Festival. Tres días que dieron paso a llenos que quedarán plasmados en nuestras retinas como el de Supersubmarina, Izal, Foals o Kasabian. Tres días de calidad juvenil con Mourn o The Strypes. Tres días de exageradas agujetas con responsables como Delafé y Las Flores Azules, Varry Brava o Yelle. Tres días que pasaron como dos, y dos que recordaremos durante 365. Tres días en los que hasta los pajaritos de María Jesús abandonaron a su acordeón para volar en el cielo del Low Festival.